Llovía a cantaros y el pueblo parecía desierto, lo habían arrasado
hasta los cimientos, y no quedaba ni siquiera los cadáveres de los pobres
diablos que lo habitaban no hacía apenas unos días.
El primus pilum de la 13ª Legión,
Hectorio Hispano Cannis, oteaba las tierras circundantes mientras esperaba con
nerviosismo la llegada de los exploradores, no le gustaba estar allí bajo la
lluvia, no le gustaba la misión que le habían encomendado y sobre todo no le
gustaba el legado nuevo, Celcius Secundo Maximo.
Le dirigía la mirada de vez en
cuando, estaba allí con su caballo blanco, junto a su escolta de équites,
seguramente hablando de sus fiestas en Roma.
Al centurión le parecía demasiado joven, demasiado
impetuoso, demasiado vanidoso…demasiados demasiados…nada bueno para un soldado.
Tendría que vigilarlo de cerca, para intentar influenciarlo en sus decisiones,
ya había visto otras veces como legados inexpertos conducían a sus propios
hombres a una matanza inútil, solo por arrogancia.
De repente algo lo saco de sus pensamientos, los galos
aparecieron al otro lado del pueblo, y mostraban los cadáveres de los
exploradores. ¡Malditos barbaros, deberían matarlos a todos!, pensó para sí
mismo con rabia apenas contenida.
Pero debía dar ejemplo a los hombres, recto como una vara se
dirigió hacia ellos para dar las instrucciones necesarias, con el fin de
sacarlos de aquel lugar, estaba claro que los galos los provocaban para ir a su
encuentro, pero había visto muchas campañas como para caer en su juego y
meterse de cabeza en esa ratonera. Lo mejor sería retirarse al campamento de la
legión, seguramente les seguirían y hostigarían, pero no se atreverían a más.
-¿Qué demonios hace Centurión?- Hectorio se dio la vuelta,
ya esperaba esto. -Centurión, ordene a los hombres que formen para el combate,
castigaremos a esos barbaros. - Hectorio contuvo su malestar y de la mejor
forma posible intento explicarle la situación. - Legado, con el respeto debido,
es mejor que nos retiremos, ese pueblo es una trampa mortal, y ya no hay nadie
a quien rescatar.- Respondió el centurión, satisfecho de sí mismo, hasta un petimetre
de Roma podría entenderlo. – ¿No me ha oído? ¿O es sordo? Ordene a sus hombres
que avancen y no lo pienso repetir-
exclamo el legado tan alto como para que pudieran oírlos todos.
El primus pilum se golpeo el pecho con el puño a modo de
saludo y se volvió a girar hacia sus hombres, grito unas cuantas órdenes y los legionarios
las cumplieron con precisión nacida de la práctica, listos para marchar sobre
el enemigo. Satisfecho se ajusto el casco mientras pensaba que posibilidades
tenia de el legado de salir con vida hoy…
Algunos de los más viejos de PORTO nos reunimos hace ya
mucho tiempo para jugar juegos de índole histórica, con nuestros ejércitos
pintados y perfectamente pertrechados, buscando algo más que una partida, pero
eso lo explicaremos en otro artículo.
Solemos reunimos una vez al mes los domingos, e intentamos
que nuestras partidas tengan una continuidad (o sea que hacemos campañas), después
de nuestra emocionante campaña de la guerra de secesión americana, hemos
empezado otra sobre la guerra en las Galias. Esta es la primera partida, hemos
decidido empezar con una serie de escaramuzas usando las reglas del Señor de
los Anillos, del grupo de Yahoo de LOTR, y luego quizás pasarnos a otro
reglamento de unidades en regimientos perfectamente ordenados. Sin más esto fue
lo que paso…
Los romanos desplegaron en línea concentrándose en las
bocacalles y apoyándose de arqueros repartidos a lo largo de la línea, los
galos desplegaron también una línea de batalla pero concentrándose en las zonas
de terreno difícil, donde estos tendrían ventaja. Inicialmente los galos
avanzaron a toda prisa buscando el choque de líneas, mientras los romanos intentaban
diezmarlos con una incesante lluvia de flechas. El primer choque se produce en
el flanco izquierdo, entre el druida Adolfotorix y el Primus Pilum, después del
choque los galos son masacrados y solo el druida queda luchando.
Esto envalentona a los romanos, que hacen un avance general, que a la larga se vería que sería el error de la partida, este movimiento los hace vulnerable al movimiento envolvente de los galos muy superiores en número. En este punto el combate se convirtió en una lucha a muerte donde los legionarios inferiores en números fueron atrapados en pequeños grupos y masacrados, no sin antes vender caras sus vidas. Al final victoria marginal gala por una miniatura, muestra cuán dura fue la batalla, pero como siempre muy, muy emocionante.
Bueno.... pero no sé que pensará el legado que junto al centurión consiguió sobrevivir....
ResponderEliminarLa Guerra se aproxima amigos....;-)
ResponderEliminarDCH
pues que empiece
ResponderEliminar